A na piscina olímpica es una piscina especialmente diseñada para deportes acuáticos como la natación, el waterpolo, los saltos de trampolín y la natación sincronizada. Tiene medidas y características muy específicas para que los atletas puedan alcanzar el máximo rendimiento.
¿Te has preguntado alguna vez qué hace diferente a una piscina convencional? ¿Y qué cuidados básicos hay que tener con este tipo de piscinas para mantener la calidad del agua? ¡Descúbrelo todo a continuación!
La primera competición de natación de la que se tiene constancia tuvo lugar en el siglo XIX, concretamente en 1858, en Australia.Aunque la natación es una de las disciplinas más antiguas de los Juegos OlímpicosNo siempre se utilizó la piscina olímpica: al principio, las competiciones se celebraban en aguas abiertas, como ríos, lagos e incluso el mar. Hasta los Juegos Olímpicos de Londres de 1908 no se introdujo la piscina olímpica.
Hoy en día, las piscinas olímpicas se utilizan no sólo para pruebas de natación por equipos e individuales, sino también para otros deportes como la natación sincronizada, el waterpolo y los saltos de trampolín.
Las principales diferencias entre una piscina olímpica y una convencional son las dimensiones: para los deportes acuáticos, la piscina debe tener una anchura, longitud y profundidad determinadas, así como un volumen mínimo.
Además, las piscinas olímpicas deben estar divididas en calles para delimitar el espacio de cada competidor y una temperatura adecuada. Si no cumple todos los requisitos, la piscina no puede considerarse olímpica. Mira cuáles son en la siguiente sección.
Según la Federación Internacional de Natación (FINA)una piscina olímpica debe tener las siguientes dimensiones
Además, la FINA especifica que la piscina olímpica tiene 10 calles, de las que sólo 8 se utilizan en las competiciones. Los carriles 1 y 10 deben permanecer vacíos para contener las olas y las turbulencias. Cada carril debe tener 2,5 metros de ancho. Los carriles deben estar marcados en el fondo de la piscina para guiar a los nadadores durante las sesiones de entrenamiento y las carreras.
Otras especificaciones técnicas que debe tener una piscina para ser considerada olímpica son una temperatura del agua de entre 25°C y 28°C. La intensidad luminosa de la habitación donde esté instalada la piscina debe ser de al menos 1500 lux.
Las diferentes disciplinas de nataciónLa natación olímpica, como los relevos por equipos y las pruebas individuales, es el deporte que más se practica en las piscinas olímpicas, precisamente por su tradición. En este tipo de piscina, puedes nadar en varios estilos, como crol, espalda, braza y mariposa, para variar tu entrenamiento y trabajar distintos músculos.
Otra práctica muy común en las piscinas olímpicas es natación sincronizadaSe trata de un espectáculo coreografiado realizado en el agua por atletas que reproducen figuras, giran, se zambullen y se quedan de pie en la superficie. Es una forma de arte muy bella, ¡prácticamente un ballet acuático!
Hablando de actividades artísticas, el buceo también se practican en piscinas olímpicas. La actividad consiste en acrobacias aéreas combinadas con saltos desde un trampolín. Los saltos son complejos y requieren fuerza, flexibilidad, técnica y valor, ¡además de ser un regalo para los ojos de los espectadores!
O waterpolo es otro deporte que se practica habitualmente en las piscinas olímpicas. Es una actividad muy dinámica y desafiante que implica natación, estrategia, pases y lanzamientos. El objetivo de los equipos es marcar goles al equipo contrario: más o menos como el balonmano, sólo que en una piscina.
Al tratarse de una piscina de uso colectivo, su rutina de limpieza y mantenimiento debe ser aún más estricta. Además de realizar una filtración diaria, debes prestar atención al nivel de cloro libre en el agua y medir con frecuencia el pH y la alcalinidad.
A la menor señal de desequilibrio, hay que hacer ajustes para garantizar la calidad del agua y la seguridad de los atletas. Esto garantizará que el agua de la piscina olímpica esté siempre sana, pura y libre de contaminación.
No olvides los bordes de la piscina. Es una zona que a menudo se descuida, pero es un error, ya que puede acumular residuos y afectar a la calidad del agua. Es importante cepillar los bordes de vez en cuando, siempre con suavidad y utilizando un cepillo adecuado para piscinas.
El aspirado es otro aspecto que no debe faltar en la rutina de cuidado de una piscina olímpica, ya que ayuda a eliminar las partículas que se depositan en el fondo del vaso y en sus paredes. Hay aspiradores manuales y también aspiradores robot que ayudan a aspirar automáticamente, facilitando el proceso.
El colador de hojas, equipado con un mango telescópico, es otro elemento que no puede faltar en el kit de limpieza de una piscina olímpica. Aunque la mayoría de las piscinas olímpicas se instalan en interiores, como clubes y gimnasios, siempre hay partículas que caen sobre la superficie del agua y que hay que eliminar.
Por último, cuando la piscina no se vaya a utilizar durante mucho tiempo, merece la pena instalar una cubierta para protegerla y evitar que se acumule suciedad durante este periodo de inactividad.
Como hemos visto, este tipo de piscina se caracteriza por su longitud y profundidad. Por eso es esencial tomar algunas precauciones, sobre todo en piscinas comunitarias, en lugares públicos y con un número elevado de niños.
Lo ideal es mantener a los pequeños alejados de la piscina olímpica: prefiere la piscina infantil que muchos clubes y hoteles ponen a disposición de los usuarios. Asegúrate de que los niños no deambulan por la zona de la piscina sin la supervisión de un adulto.
También es crucial mantener visibles las señales de seguridad y disponer de equipos de protección, como chalecos salvavidas. Además, la presencia de un vigilante es esencial, sobre todo en las piscinas olímpicas públicas.
Recuerda que la piscina olímpica es una piscina de alto rendimiento diseñada para la práctica deportiva. Si tomas las precauciones necesarias, puedes nadar, practicar saltos o jugar al waterpolo con total tranquilidad.
La instalación de piscinas olímpicas es una tendencia que está ganando impulso en hoteles y gimnasios Añade mucho valor al desarrollo.
Tener una piscina olímpica en tus instalaciones aumenta la demanda, ayuda a incrementar tu clientela y también contribuye a fidelizar a los alumnos o huéspedes, ya que es una ventaja que pocos competidores podrán ofrecer.
En este sentido, invertir en un proyecto tan audaz puede resultar muy rentable económicamente, ya que supondrá una ventaja competitiva que hará que la empresa sea más rentable.
Como la piscina olímpica tiene que cumplir unos criterios específicos, es muy difícil convertir una piscina ordinaria en olímpica. Sin embargo, nada te impide instalar carriles y marcas, por ejemplo, para simular el aspecto de las piscinas utilizadas en competiciones deportivas.
Pero si quieres construir un proyecto desde cero, es perfectamente posible hacer una piscina con las medidas exactas de una piscina olímpica. En este caso, necesitarás disponer de mucho espacio en el suelo. Si tu espacio exterior puede albergar las dimensiones de una piscina de este tamaño, tendrás que contratar a un profesional especializado para que elabore un proyecto a medida.
Si no tienes tanto espacio, pero sueñas con tener tu propia piscina para hacer deporte, hay una solución más sencilla: construir una piscina semiolímpicatambién conocida como piscina corta, que tiene la mitad de longitud que una piscina olímpica: ¡25 metros!
Si esto tampoco es posible, puedes optar por un diseño a medida, construyendo una piscina lo más larga posible y de al menos 3,5 m de ancho. Se llaman piscinas compactas.
La piscina olímpica requiere un cuidado riguroso, al fin y al cabo, la calidad del agua influye en el rendimiento del deportista. Tienes que invertir en un buen filtro, una motobomba con capacidad adecuada al tamaño de la piscina y buenos productos de limpieza. El filtrado y la cloración deben realizarse con la frecuencia necesaria para que el agua se mantenga sana y libre de impurezas.
Un consejo para evitar la proliferación de algas y microorganismos y facilitar el mantenimiento de la piscina es comprar un generador automático de cloro, como el EasyClor® Pro de Nautilus. Con este equipo, no tienes que preocuparte de aplicar cloro al agua con frecuencia: basta con añadir sal al agua y el generador se encargará de producir cloro cuando detecte un desequilibrio.
Otra inversión importante en las piscinas olímpicas es un buen sistema de calefacción para mantener el agua a la temperatura ideal. El Bombas de calor Nautilus Terma son una opción excelente. También merece la pena comprar un robot aspirador para facilitar el proceso de aspirado del fondo y los laterales. En piscinas anchas, largas y profundas como una piscina olímpica, ¡esto marca la diferencia!
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