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El peligro de los rayos y las tormentas en las piscinas

La situación geográfica de Brasil otorga al país el título de campeón mundial de rayos, ya que permite la formación de nubes convectivas en gran parte del año.

Según un busque en 50 millones de euros rayos caen sobre el país cada año, y las estaciones con mayor incidencia son la primavera y el verano, porque en estos momentos el aire es más cálido y húmedo, y esta es una combinación esencial para la formación de nubes convectivas.

Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial, cada año se producen una media de 111 muertes por rayos, el 45% de las cuales se producen en verano.

Por eso, además de todos los cuidados que hay que tener cuando se utiliza la piscina, hay que tener en cuenta el peligro de los rayos y las tormentas.

Descubra a continuación cuáles son los principales riesgos que estos fenómenos naturales pueden ofrecer a quienes utilizan la piscina.

El peligro de los rayos y las tormentas en las piscinas

El peligro de nadar durante las tormentas

El agua es un gran conductor de la electricidad, al igual que el cloro, presente en las piscinas, y esta combinación intensifica la conducción. Por lo tanto, al estar en la piscina, el bañista tiene posibilidades de atraer los rayos, porque su cuerpo actúa como un pararrayos.

Y los riesgos son elevados incluso cuando los rayos alcanzan una distancia de más de 500 metros, ya que la corriente eléctrica puede conducirse a través de las tuberías de agua. De acuerdo con las recomendaciones del NLSI, las actividades acuáticas deben suspenderse siempre que las tormentas estén a menos de 13 km, o que el intervalo entre los rayos sea inferior a 40 segundos.

Según los datos publicados por Protección Civil, hasta el 30% de las víctimas alcanzadas por un rayo mueren, la mayoría de ellas por parada cardíaca y respiratoria, y cerca del 70% de los supervivientes sufren graves secuelas psicológicas y orgánicas, durante mucho tiempo, como reducción o pérdida de memoria, disminución de la capacidad de concentración y trastornos del sueño.

¿Qué puede ocurrir durante las tormentas?

Si una persona que está cerca de la descarga eléctrica, es decir, hasta 50 metros de distancia del rayo, recibe el impacto, sufrirá una descarga tan grande que le provocará un infarto fulminante.

Si la distancia es de entre 50 y 85 metros, el individuo tendrá posibilidades de sobrevivir, pero sufrirá quemaduras, asfixia y, en algunos casos, paro cardíaco.

A una distancia de entre 85 y 125 metros del punto de descarga, la persona sentirá una descarga durante un breve tiempo. Por encima de los 125 metros, la única sensación será un cosquilleo en el cuerpo.

¿Cómo protegerse durante las tormentas?

Durante las tormentas, salga inmediatamente de la piscina, ya que la parte de su cuerpo que está fuera del agua puede actuar como un pararrayos, atrayendo las descargas eléctricas. Además, los elementos químicos del agua son conductores de la electricidad, por lo que si un rayo cayera en algún lugar de la piscina, la energía podría ser conducida a la persona.

Aunque muchos piensen lo contrario, la ropa de goma tampoco evita los accidentes, así que, aunque esté en el mar, busque un lugar seguro hasta que pase el mal tiempo.

Según las orientaciones del Cuerpo de Bomberos, lo ideal es buscar refugio en lugares cerrados y mantenerse alejado de materiales eléctricos y árboles.

¿Qué se puede hacer para ayudar a una víctima alcanzada por un rayo?

Según la Sociedad Brasileña de Asistencia Integrada a los Traumatizados (SBAIT), el primer paso es llamar a un servicio de emergencia y pedir ayuda especializada.

Sí, un rayo puede caer dos veces en el mismo lugar, así que protéjase antes de ayudar a alguien que ha sido alcanzado, espere hasta que el peligro inmediato haya pasado o traslade a la víctima a un lugar más seguro.

Si la persona muestra signos de conciencia, es mejor llevarla a un lugar seguro. De lo contrario, es necesario detectar si está en parada respiratoria o cardíaca, o incluso ambas.

En estos casos, la recomendación, de nuevo, es buscar ayuda especializada, llamando al 192 (ambulancias), solicitando un desfibrilador automático e iniciando el masaje cardíaco.

Para disfrutar del verano sin riesgos, la actitud prudente es, en caso de tormentas y rayos, no arriesgarse, abandonar la piscina, buscar un lugar seguro y esperar a que el tiempo mejore y el entorno de la piscina sea seguro para volver a disfrutar de ella.

De este modo, garantiza su seguridad y la de su familia durante la estación más calurosa del año.

¿Tiene alguna duda sobre el riesgo de bañarse en la piscina durante las tormentas eléctricas? Escríbenos en los comentarios y hasta la próxima.

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