La aplicación del pensamiento de diseño a un proyecto va mucho más allá del diseño. Al fin y al cabo, el enfoque es una herramienta de cuestionamiento, que ataca las raíces de los problemas para crear soluciones innovadoras.
La comprensión y la resolución de problemas son esenciales para el éxito del trabajo de un arquitecto. Piénsalo: en un proyecto de exterior, ¿cómo se puede medir una ejecución bien hecha? ¿Qué debe representar para su cliente?
Deja de lado por un momento la extrema necesidad de eficiencia. Las cosas tienen que ser funcionales, por supuesto. Pero deben tener otras características, como el significado. ¿El proyecto que pretende entregar aporta algo a la rutina de su cliente y al espacio que ocupa?
Son preguntas a las que deben responder los arquitectos que adoptan el pensamiento de diseño en su proceso creativo. ¿Los beneficios? Innumerables, que repercuten tanto en el resultado de un proyecto como en su carrera.
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El pensamiento de diseño es un enfoque creativo -no un método, ya que no ofrece fórmulas- utilizado en el diseño de proyectos. La innovación, la empatía, la colaboración y la experimentación son sus pilares. La máxima atención se centra en las personas, ya que son la mayor motivación para el desarrollo de un proyecto.
Es una "forma de pensar" que se inspira en los retos, las herramientas y los procesos cognitivos de los diseñadores. La aplicación se basa en un profundo conocimiento de las necesidades del cliente.
Con este diseño se racionalizan las variables, ya sean emocionales, estéticas o funcionales. Todo ello basado en la inteligencia colectiva de las partes interesadas en un proyecto: clientes, arquitectos, proveedores, etc.
A partir de ahí, el grupo de trabajo empieza a analizar las variables, formateando soluciones que aporten el máximo.
Según el doctor Chales Burnett, el pensamiento de diseño:
"[...] es un proceso de pensamiento creativo y crítico que permite organizar la información y las ideas, tomar decisiones, mejorar los puntos y asimilar el aprendizaje".
Al tratarse de un enfoque "práctico", el pensamiento de diseño requiere el uso de diversas herramientas, especialmente en la fase de creación de prototipos.
Las tormentas de ideas y los procesos de investigación y selección de ideas son habituales, así como el uso de post-its.
Todo esto, según una investigación publicada por la Harvard Business Review, crea una sensación de seguridad en el proyecto. Esto es esencial para ayudar a los cineastas a moverse con mayor fluidez a través de las etapas de ejecución.
Al llevarse a cabo de forma colaborativa y proactiva, todo el proceso tiende a ser más ágil, con resultados más eficientes. Al fin y al cabo, la probabilidad de que surjan problemas y conflictos de ideas se reduce considerablemente.
Y, por supuesto, el pensamiento de diseño genera más satisfacción para su cliente, ya que los proyectos responden plenamente a sus necesidades. Al final, su servicio resulta más sinérgico, con un increíble efecto transformador para la rutina del cliente.
En general, la aplicación del pensamiento de diseño es similar para varias áreas. Hay cinco pasos que hay que tener en cuenta y que deben darse antes de tomar decisiones críticas en un proyecto.
Reúnete:
El pensamiento de diseño puede utilizarse para varios tipos de trabajos de construcción, como los proyectos al aire libre.
Se trata de un espacio muy necesitado de humanización y uso saludable. La confluencia de elementos es una de las razones:
La misión es organizar todo esto y crear soluciones que tomen como punto de partida las necesidades del cliente. De este modo, los resultados serán siempre más eficaces, económicamente viables y técnicamente ricos.
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